viernes, 2 de enero de 2009

Píos deseos para empezar el año


Pasada ya la cumbre de la vida,


justo del otro lado, yo contemplo


un paisaje no exento de belleza


en los días de sol, pero en invierno inhóspito.


Aquí sería dulce levantar la casa


que en otros climas no necesité,


aprendiendo a ser casto y a estar solo.


Un orden de vivir, es la sabiduría.


Y qué estremecimiento,


purificado, me recorrería


mientras que atiendo al mundo


de otro modo mejor, menos intenso,


y medito a las horas tranquilas de la noche,


cuando el tiempo convida a los estudios nobles,


el severo discurso de las ideologías


-o la advertencia de las constelaciones


en la bóveda azul...


Aunque el placer del pensamiento abstracto


es lo mismo que todos los placeres:


reino de juventud.




Jaime Gil de Biedma