miércoles, 22 de julio de 2009

Del milenio


En el tiempo en que el próximo regreso de Cristo a la tierra se había convertido en una certeza, se formó un comité para decidir cómo se prepararía su recibimiento. Después de unas cuantas discusiones se envió una circular en la que se prohibía agitar o lanzar palmas al igual que gritar "Hosanna".
Cuando ya estábamos en pleno milenio y la alegría era universal, una noche Cristo le dijo a Pedro que quería, cuando todo estuviese tranquilo, hacer un corto paseo a solas con él.
-¿A dónde queréis ir, Señor? -preguntó Pedro.
-Me gustaría -respondió el Señor- simplemente dar un paseo desde el Pretorio por aquel largo camino hasta la Colina del Calvario.

Isak Dinesen